(Carta de amor… que el suscripto escribió e idealizo en su momento, para una ‘Entidad Literaria’, que premiaba la mejor ‘carta de amor’, que los lectores o principiantes, quisiera enviar… sin embargo, la hice pero no la envié)

Si te gustó o llamó tu atención... me sentiré complacido...

Dejad eso si... una estrellita para saber que no perdi mi tiempo al subirla.

Es posible que califique o premie tu concepto... lo importante aquí es que te haya gustado y que la puedas bajar para tu archivo personal.

¡Gracias por tu participación y el tiempo dispensado…¡


“ESTOY RECORDANDO”

“Estoy recordando en esta noche tibia y a la luz de la luna, bajo un cielo tachonado de estrellas, el día que te conocí… yo estaba de paso por aquel pueblito andaluz, cuando te vi.… Tú figura menuda pero ágil, se mecía al vaivén de tu juventud; tu hermosa cabellera color trigo maduro, jugueteaba una y otra vez, con aquellas olas de viento que lo acariciaban; mientras que tu piel blanca como de armiño, sobresalía en aquel oscuro traje de terciopelo, que llevabas aquella tarde primaveral.

Estoy recordando… como aquellos ojos de un raro mirar, se apresuraron a mirarme… y fueron ellos, los que definitivamente embrujaron mi alma.

Estoy recordando… cuando pasaste junto a mí, esbozando aquella inefable sonrisa, que subyugó todo mi ser…

Estoy recordando… como aquel día, me apremiaste a seguirte, olvidando para siempre el derrotero que tenía…

Estoy recordando… cómo nerviosa pero complacida, seguías observando de reojo mis pasos, dejando escapar aquellos suspiros… que enardecieron mi alma.

Estoy recordando… cuando te adentraste en aquellos parajes de verdor infinito, donde la naturaleza enmarco tu casa.

Estoy recordando… como antes de perderte en su interior, me regalaste una última mirada que me dejó enamorado.

Estoy recordando… cómo a través de tu ventana, oculta entre sus entrañas, seguías observando todos mis ademanes...

Estoy recordando… como la noche desbordó aquel día, y yo allí, cual estatua viviente, seguía contemplando tu ventana…

Estoy recordando… como la lluvia y la tempestad llegaron hacia mí, hiriendo mis oídos y fustigando mi cuerpo… tal vez, recelosas de que pudiera robarte…

Estoy recordando… como aquella noche, preocupada de lo que pudiera pasarme, volviste sobre tus pasos, trayendo aquella inquietud dibujada en tu rostro…

Estoy recordando… como con gestos finos y generosos, me invitaste hacia el interior de aquel hogar bendecido por Dios...

Estoy recordando… la sencillez y calidad humana de tus padres, cuando extendieron sus brazos, dándome aquella bienvenida de gran peregrino…

Estoy recordando… las atenciones de la que fui objeto… aquella noche de luna, donde el amor y la gallardía me dieron su primer abrazo.

Estoy recordando… cuando nuestros corazones se encontraron por primera vez, iniciando aquel diálogo que nunca acabó…

Estoy recordando… cuando tus manos de mujer acariciaron las mías, llenándolas de amor, ternura y calor, ‘indecibles’…

Estoy recordando… como el atractivo de tus ojos, subyugaron los míos, matizando e hilvanando ese ‘dechado’ de amor que Dios puso en toda mujer…

Y estoy recordando… cómo a partir de ese momento te convertiste en mi propia vida… en mi propia sombra… y hoy, cuando la distancia intenta separarnos, tu dulce recuerdo me obliga a revivir aquellos momentos de ‘gloria’ que pase contigo. Ahora cuando tú ausencia me abruma y la soledad me castiga, estoy escribiendo estas líneas antes de ir a buscarte… donde idealizare un viaje, que me llevara por siempre a tu lado… es por eso, que hoy, puedo gritar con todas mis fuerzas: “¡Oh Amada mía… pronto estaré contigo… allí donde tú sabes…!”

Henchalser