Uf, bueno te respondo una a una.
1. No sabría contarlas, pueden ser demasiadas porque tengo bastante paciencia con algunas personas o situaciones, o muy pocas, por tener menos paciencia en otras situaciones o con otras personas. Depende de si es algo laboral, personal...Por ejemplo, con las personas de mi entorno laboral...tengo mucha paciencia, pues se trata del trabajo. Con mi entorno personal he aprendido a desarrollar más paciencia de la que tenía antes.
2. No, las gotas no son todas iguales. Depende de tu estado anímico y como te tomes las cosas según van llegando.
3. Cuando se derrama exploto. Toco fondo. No hay marcha atrás. Se produce una ruptura. Es el final de una etapa y el comienzo de otra nueva.
4. Supongo que al explotar, se vacia sólo y de golpe. El problema es cuando se llena con los mismos motivos que provocaron que se derramara el anterior.
5. Muchísimas. Quizá demasiadas.
6. En el terreno personal sí son importantes. En el terreno laboral no tanto.
7. Claro. Hay que separar entornos.
8. Ira, pereza, gula...como los siete pecados capitales, más o menos.
9. A veces sí. Pero raras veces.
10. Se hace mil pedazos, sobre todo cuando se trata de ira. Estoy aprendiendo a canalizarla, pero aun así llega un momento que se va acumulando de tal forma que el vaso explota al igual que se derrama el agua. El sentimiento es demasiado poderoso como para dejar intacto el vaso.
11. Al igual que hay vasos para lo malo, tengo uno para lo bueno, agua cristalina y pura, que no tiene fin.
12. Si el bueno se derramara...la tristeza invadiría mi alma y todo mi ser.
Un saludo.